Stacey y yo trabajamos juntas en uno de los últimos proyectos de su vida: una campaña creada en torno al documental nominado a premios; Crip Camp que buscaba el reconocimiento de la discapacidad como una cuestión de justicia social. Stacey murió apenas dos días después del lanzamiento del programa principal de la campaña, un campamento de verano virtual de dieciséis semanas para personas con discapacidad y sus aliados. El campamento fue el sueño y una creación de Stacey.
Nuestro equipo de organizadores estaba formado solo por cuatro personas, todas ellas mujeres de color con discapacidad. De repente, nos quedamos con tres. Estábamos absolutamente desconcertadas. ¿Cómo íbamos a seguir este trabajo sin Stacey? Pero la desesperación se convirtió rápidamente en adrenalina. ¿Cómo íbamos a dejar este trabajo ahora, después de todo lo que ella había hecho?
“Nuestro equipo de organizadores estaba formado solo por cuatro personas, todas ellas mujeres de color con discapacidad. De repente, nos quedamos con tres”.
Nos reunimos con más activistas de la discapacidad, muchos de los cuales conocían a Stacey desde hace una década o más, y organizamos una hermosa caravana de autos alrededor del lago Merritt de Oakland para celebrar su vida. El campamento que organizamos tuvo cerca de 10,000 personas inscritas y recibió críticas muy favorables. Nuestro equipo siguió adelante. Pero hubo efectos secundarios. Nuestro trabajo cubría una necesidad importante pero, tras bastidores, luchábamos con nuestra salud mental y nos sentíamos agotadas. Sentíamos que no había forma de parar. Si lo hacíamos, de alguna manera traicionaríamos el sueño de Stacey y deshonraríamos su memoria.
Pero, en el fondo, sabíamos que nuestro ritmo, alimentado por el dolor, era insostenible. Para continuar el trabajo por el que Stacey había vivido, también necesitábamos cuidar de nuestros propios cuerpos. Finalmente, nos dimos permiso para parar. Nos tomamos unas vacaciones. Cuando volvimos, bajamos el ritmo.
Este año ha sido un tiempo de curación, alegría y crecimiento para nuestro equipo. Nos transformamos en una nueva compañía, LaVant Consulting, con la misión de impulsar la inclusión de las personas de color con discapacidad. Ahora, cuando el año 2021 llega a su fin, 18 meses después del fallecimiento de Stacey, honramos su memoria tomándonos descansos, moviéndonos a un ritmo sostenible y practicando la autocompasión.