Un primer plano de tres pares de manos de personas de distintas edades tomadas de la mano.

“¿Cómo te curas?”

Artistas estadounidenses de origen asiático y de las Islas del Pacífico distintas comunidades responden a la pregunta: “¿Qué has hecho para sanar?”

Marcus Ubungen

Durante los primeros días de la pandemia de la COVID-19, buscábamos crear una sensación de normalidad y alegría para nuestra hija de tres años, Alma. A pesar de los ataques a los asiáticos y de los temores por la COVID-19, era importante mostrarle a Alma que todavía había formas de explorar y de ser curiosos. Fueron rayitos de luz en una época oscura. Fue estresante tener que cuidar de los hijos y, al mismo tiempo, estar preocupado por la situación tan difícil. En mi bolso, siempre tenía bocadillos, una cámara y un espray de pimienta. Pasé un año enseñando, aprendiendo y estrechando lazos con mi propia hija. La ciudad se sentía como si nos perteneciera, y no cambiaría esos momentos por nada.
Una niña con un casco rosado y gafas de sol blancas come un refrigerio.

Jutharat Pinyodoonyachet

La foto representa lo que me mantiene cuerda durante cualquier momento difícil de mi vida: una foto de mi pareja y un omamori (amuleto japonés) de mi hermana. Son muy significativos para mí porque, cada vez que me siento perdida, veo estos recuerdos y sé que siempre estarán conmigo. Y así es como puedo manejar todo con gracia.
Un tablero de corcho con la imagen de una mujer y una tachuela de la que cuelga una mascarilla y un amuleto omamori.

Geloy Concepcion

Fecha de llegada a Estados Unidos: 2017

La peor parte de ser inmigrante es la sensación de desconocer los lugares de los que vienes y a los que vas. Tomar fotos de mi vida y de mi familia me ayudó a enfrentar esa realidad.

Una mujer carga a un niño en un sofá. En la parte superior de la fotografía se lee: “Tomo fotografías para recordarme que sigo aquí. Marra y Liberty. El Sobrante, California”.

Lydia Ortiz

Este año perdí a mi padre. Para sanar y distraerme del dolor, volví a la naturaleza. Hice senderismo en las colinas de East Bay, en California; pasé mucho tiempo siguiendo los pasos de mi padre. Siempre me siento muy tranquila ahí; siento que él me acompaña. Ahí también recordé lo pequeño que es mi dolor comparado con el dolor colectivo que hay en el mundo.
Una ilustración de verdes montañas salpicadas de vacas diminutas y un río azul. Las montañas tienen la forma de dos personas acostadas una al lado de la otra.

Jocelyn Tsaih

Definitivamente, todavía estoy en proceso de sanación y descubriendo maneras de sanar. Algo que me ha ayudado es ser paciente conmigo misma y permitirme ser más vulnerable. Ha sido muy catártico y meditativo sentarme dentro de todo mi espectro de emociones mientras dibujo, pinto y creo. El acto de crear mi obra es curativo para mí porque es un lenguaje con el que sé cómo comunicar mi dolor y melancolía.
Una foto con fondo de árboles y un tendedero con ilustraciones en primer plano. Hay ocho ilustraciones cosidas de una figura azul similar a una caricatura en varias posiciones.

Arin Yoon

Me puse a pensar en la historia de la discriminación hacia los estadounidenses de origen asiático en el ejército. Volví a mirar la foto de Dorothea Lange, en la que un soldado estadounidense de origen japonés y su madre están en un campo de fresas que sus hijos alquilaron para ella, para que no tuviera que trabajar para nadie más. Él la acompaña a un campo de internamiento tras el bombardeo de Pearl Harbor. Es una foto desgarradora. Historias como esta me inspiraron a tomar esta foto de Alice Kim, con y sin uniforme, examinando lo que significa servir y llevar el uniforme durante una época llena de odio y violencia selectiva contra los asiático-americanos.
Dos fotos de una mujer parada en la misma posición, con los brazos cruzados. En una, lleva jeans y una camiseta sin mangas. En la otra, tiene puesto un uniforme.

Brandy-Alia Serikaku

Me alejé de las relaciones tóxicas y volví a lo que amo, a lo que me hace creer. En lugar de seguir adelante, me detuve a sentir y procesar mi vida y todo lo que no aceptaba por estar demasiado ocupada. Volví a las prácticas curativas tradicionales de mi familia, como el reiki, los cantos y la oración, para ayudarme a procesar mi herida y mi dolor. Al hacerlo, pude compartir mi verdad y crear conexiones reales con la gente, pero, lo que es más importante, pude ser real conmigo misma.

Una camiseta blanca con letras negras dice: “Conoce a los hawaianos. Conoce a Hawái. Sin hawaianos. No hay Hawái”.

Tony Luong

He estado pensando en lo resistentes que son los niños. Nuestra hija tenía tres años cuando comenzaron tanto la pandemia como los crímenes de odio contra los asiáticos. Para ella, fueron simplemente unos meses en los que pudo pasar todo el tiempo con dos de sus personas más queridas: su madre y su padre. Aprovechamos el tiempo lo más que pudimos. A pesar de la pandemia, todavía teníamos que hacer bocadillos y arreglar problemas. Encontré consuelo en esta rutina: el sol saldrá al día siguiente y, con ello, el ser padre también continúa.

detener el odio a los asiáticos subió en todo el mundo en marzo de 2021, después de que el asesinato masivo de mujeres coreanas en Atlanta llamara la atención sobre los continuos ataques racistas contra los estadounidenses de origen asiático.

Un primer plano de una mujer besando a un niño.

Mengwen Cao

Este año, mi sanación ha sido mirar hacia dentro y recordar quién soy al mismo tiempo que permanezco conectada con mis seres queridos. Vivir en Estados Unidos durante la pandemia siendo inmigrante queer de origen chino puede ser estresante debido al racismo, la homofobia y la xenofobia, pero me niego a internalizar el odio. Sé que, en el fondo, todos estamos conectados a través del amor. Cuando extiendo la compasión hacia mi persona, puedo extenderla hacia los demás. Doy gracias por la existencia de una comunidad solidaria que constantemente se anima a si misma. Son mi sol naciente que resalta toda la belleza y calidez.
Tres personas en el bosque se sientan sobre una roca y sonríen a la cámara.

Ricardo Nagaoka

Con la pandemia y la interminable distancia de mis amigos y mi familia, he pasado mucho tiempo en la naturaleza. Siempre he sido cercano a esta, pero parecía nunca tener tiempo para visitarla. Por extraño que parezca en el contexto de nuestros tiempos, encontré una paz en mi interior que nunca había sentido antes. Me acosté en la hierba seca, un indicador de que el verano se acercaba a su fin, miré las nubes que pasaban y escuché el viento entre las verdes copas de los árboles, como si estuviera escuchando, de verdad, por primera vez.
Un primer plano en blanco y negro de la espalda desnuda de una persona, llena de marcas del suelo y trozos de hierba y tierra.

Roopa Gogineni

Mi familia lava a mi primo, en preparación para su boda, con agua con cúrcuma en una ceremonia tradicional hindú telugu. Durante el último año, el lugar en el que más he querido estar, nuestro pueblo ancestral en la India, ha estado dolorosamente fuera de nuestro alcance. Allá perdimos a varios miembros de la familia en la segunda ola de la pandemia. Lloramos a la distancia, pero también celebramos matrimonios y nacimientos, y los rituales tuvieron más sentido que nunca.
Dos personas vierten agua sobre la cabeza de un hombre con el torso desnudo.
“A través de la comida, la música y el lenguaje, se intercambian historias y se cultivan los ánimos. Eso es todo lo que necesitaba”.

Justin J Wee

Todavía no parece que estemos listos para salir totalmente de nuevo, pero he estado agradecido por las pequeñas escapadas con las que mi familia elegida y yo nos hemos podido consentir. En esos momentos de descanso, he tratado de concentrarme en saborear las pequeñas cosas que le devuelven un poco de tranquilidad a mi cuerpo. He tratado de poner en práctica la sensación de alegría infantil, esa sensación de asombro por todas las cosas, sin importar lo insignificantes que puedan parecer. Ser testigo del cambio de colores de las hojas, tumbarme en la hierba antes de que cambie la estación, recoger flores frescas y tomarme el tiempo de arreglarlas.
Un lago rodeado de árboles con follaje otoñal.

Hannah Yoon

El año pasado, la sanación llegó de la forma más sencilla: conectándome con mi familia y amigos a través de la comida, la música y el lenguaje. No necesité nada extravagante ni profundo para mantener los pies en la Tierra. Comer comida coreana, escuchar música coreana y volver a aprender el idioma coreano ha sido como un bálsamo para mi alma en los momentos en los que me sentía frustrada, cansada o agotada. A través de la comida, la música y el lenguaje, se intercambian historias y se cultivan los ánimos. Eso era todo lo que necesitaba.
Un monumento en la acera con flores, globos y carteles sobre Detener el odio a los asiáticos.

Mengwen Cao

(Elle)

Mengwen Cao se dedica a la fotografía, el arte, la educación y la organización cultural. Nació y creció en China, y actualmente vive en Nueva York. Sus proyectos han aparecido en publicaciones como Aperture, The New York Times, NPR, Mashable, BUST, Foreign Policy, The Guardian, Sina y Tencent. Ha participado en exposiciones internacionales como Photoville, Jimei Arles y Lianzhou Foto Festival. Actualmente, dirige la edición de imágenes en ChinaFile y es gerente de proyectos en Magnum Foundation.

Geloy Concepcion

(Él)

Geloy Concepcion es un fotógrafo que vive en el Área de la Bahía de San Francisco. Sus trabajos fotográficos actuales se derivan de la experimentación con el retrato, el dibujo, el arte callejero y la vida como filipino migrante en Estados Unidos. Es el creador del proyecto de Instagram “Things you wanted to say but never did”.

Roopa Gogineni

(Ella)

Roopa Gogineni es una fotógrafa y cineasta que vive entre París y Atlanta. Durante la última década, vivió y trabajó en África Oriental, enfocándose en historias de resistencia.

Tony Luong

(Él)

Tony Luong es un fotógrafo que vive en Boston, Massachusetts. Su trabajo se ha exhibido en Boston y Nueva York y ha aparecido en diversas revistas como The Atlantic, Bloomberg Businessweek, The New York Times, The New Yorker, TIME, entre otras.

Ricardo Nagaoka

(Él)

Ricardo Nagaoka es un artista latino japonés que nació y creció en Paraguay y es nieto de inmigrantes japoneses. Emigró a Canadá con su familia y más tarde se radicó en Estados Unidos, donde trabaja con el tema de las multiplicidades del hogar y su relación consigo mismo.

Nagaoka ha publicado su trabajo en The New York Times, M le Monde y The British Journal of Photography, y ha recibido encargos de The New York Times, The New Yorker, Rolling Stone, The California Sunday Magazine, The Atlantic y VICE.

Lydia Ortiz

(Ella)

Lydia Ortiz es una ilustradora, diseñadora y directora de arte que vive en East Bay, California. Su trabajo es lúdico y nostálgico y está cargado de colores sobresaturados, figuras abstractas y movimiento. Le encanta buscar un equilibrio entre los medios tradicionales y su trabajo digital.

Jutharat Pinyodoonyachet

(Ella)

Jutharat Pinyodoonyachet, conocida como Poupay, trabaja actualmente como fotógrafa independiente en la ciudad de Nueva York. Con una gran pasión por la fotografía callejera, su enfoque es completamente directo y mantiene una mentalidad de descubrir cosas sobre la marcha. Poupay es colaboradora regular de varias publicaciones con sede en Nueva York.

Brandy-Alia Serikaku

(Ella)

Una māmā creativa hawaiana; sus obras son expresiones de arte hawaiano que conectan el tiempo y el espacio. Su obra de arte vuelve a enmarcar y a apropiarse de los entornos hawaianos, y juega con los diversos significados del idioma hawaiano. Desde el diseño gráfico hasta la pintura de murales, ella inmortaliza y preserva la belleza de Hawái con una perspectiva hawaiana.

Jocelyn Tsaih

(Ella)

Jocelyn Tsaih es una artista que nació en Taiwán, se crió en Shanghai y actualmente vive en Oakland, California. Trabaja varias técnicas, incluida la ilustración digital, la pintura y los murales.

Marcus Ubungen

(Él)

Nacido en San Francisco, Marcus Ubungen se dedicó de lleno a la dirección en 2014. Su último cortometraje, “Halloween Meets Gasoline”, fue el favorito del equipo de Vimeo y se proyectó en SXSW. Actualmente, Marcus está produciendo el largometraje documental “Beyond the Fields”, en el que sigue a niños boxeadores en zonas rurales de Tailandia.

Justin J Wee

(Él)

Justin J. Wee nació en Malasia, es fotógrafo australiano, chef comunitario y libriano. Su trabajo busca crear impresiones del mundo que su yo adolescente en el clóset quería (pero no lograba) ver en los medios de comunicación: un mundo donde la identidad queer no parece homogénea y las personas de color no tienen que ceder partes de su etnicidad para poder prosperar.

Arin Yoon

(Ella)

Arin Yoon es una fotógrafa documental y artista visual coreana-estadounidense que vive en el área de Kansas City. Es exploradora de National Geographic y su proyecto “To Be at War” examina los impactos sociales de la guerra y los problemas de representación que afectan a la comunidad militar. Es artista de We y Women Photo, y miembro de Women Photograph.

Hannah Yoon

(Ella)

Hannah Yoon es una fotógrafa independiente coreana-canadiense que vive en Filadelfia y se especializa en trabajos de retrato, documental y fotoperiodismo. Su trabajo se ha publicado en The New York Times, The Wall Street Journal, The Washington Post, NPR y otras publicaciones nacionales. Con orgullo, Yoon forma parte de Women Photograph y Diversify Photo, y es una de las fundadoras de Authority Collective.